Carta de amor: Yo no te quise desde el primer día

Querido hijo,

Yo no te quise desde el primer día. No. No sentí un amor envolvente cuando me enteré de que estabas dentro de mí. En realidad, me asusté y miré a tu padre con cara de "pero si yo todavía soy una niña, ¿cómo voy a criar a un hijo?". Es verdad que habíamos tomado la decisión conscientemente, y siempre dije que quería ser madre. Pero hay que tener cuidado con las cosas que se desean, porque a veces se cumplen, y dan miedo. Algunas madres dicen que quisieron a sus hijos desde que supieron que estaban embarazadas de ellos. Yo las creo. Pero YO no fui así.

Yo no te quise desde el primer día. No. No sentía Amor por esa vida que crecía dentro de mí, día a día, durante 40 semanas. La mayoría de esos días, prácticamente todos, sentía mucha ilusión. La mayoría también sentía nauseas, pero era un sentimiento objetivo e incontrolable: tenía la cabeza metida dentro del WC. Mi embarazo fue un periodo muy bonito de mi vida y lo recuerdo con mucho cariño. Sentí alegría e ilusión, me llegó el cariño de la gente; también estuve cansada, se me hincharon los pies y cambié algunos de mis hábitos alimenticios. Pero no creo que sintiera Amor por ti. Hay madres que dicen que quieren a sus bebés cuando están dentro de su tripa. Y les quieren. Pero YO no fui así.

Yo no te quise desde el primer día. No. No me enamoré de tí cuando te vi salir de mi interior, ni cuando te pusieron en mis brazos. A pesar de que me invadieron las hormonas y salí del paritorio voceando "no es porque sea mío, pero es muy mono". Estaba muy contenta, me hacía mucha ilusión, pero no te miraba con Amor. Quizás con curiosidad y seguro con un afán salvaje de protegerte ante cualquier cosa que pudiera hacerte daño. Muchas madres me dicen que ellas se enamoraron de sus bebés cuando se miraron por primera vez en el paritorio. Debió ser una experiencia maravillosa. Pero YO no fui así.

Yo no te quise desde el primer día. No. Pero no te preocupes, porque tampoco quise desde el primer día a tu padre y ahora le quiero casi todos los días.* Y cada día le quiero de una manera diferente y es fruto de ir conociendo aspectos de él. Hay mujeres que se enamoraron de sus parejas en un auténtico flechazo nada más conocerse. Me parece algo mágico. Pero YO no fui así.

Y yo, soy yo.

Querido hijo, yo no te quise desde el primer día. No. Pero te quiero ahora que he empezado a conocerte y me enamora tu sonrisa, tu mala leche, tu agilidad para trepar a cualquier sitio, tu manera de volvernos locos.  No sé decirte en qué momento mi mirada de extrañeza, de curiosidad y de protección se convirtió en una mirada de amor. Un amor extraño, que se parece al orgullo. Un amor que se suma a otros amores que había en mi vida, cada uno con su espacio propio. Un amor que a veces hace daño porque se da la mano con la culpa, con el cansancio, con las expectativas. Un amor que está destinado a superar muchas adversidades, y que podrá parecer menguado a veces, pero que resistirá si los dos queremos.

Querido hijo, yo no te quise desde el primer día. Y no me importa lo que cuenten otras madres. No te quise desde el primer día pero te quiero ahora, y me parece, que esta vez es para siempre.

 -------







* #miMochuelo, si me estás leyendo, en realidad te quiero todos los días solo que hay días en los que tengo ratos que te mataría.

Comentarios