Si tu primer embarazo fue ideal, no vuelvas a quedarte embarazada

¡Ay ay ay que se me acaba el #embarazonumer2 y el pobre blog está súper abandonado!
La intención era animarlo durante los dos meses de baja que me he cogido al final, en los cuales tenía estos objetivos (entre otros):

  • actualizar el blog
  • ordenar las fotos de #morretes y terminar el album del primer año (cumple 3 años en Julio, ejem)
  • colocar la ropita de #bebé2
  • descansar
  • redecorar y comprar algunas cosas para la casa
  • echar un ojo a algún curso de formación 
  • pensar en mi futuro profesional
  • hacer pilates
  • ir a nadar
  • dar largos paseos
  • ir a ver alguna exposición
Por el momento, en las dos semanas y media que llevo, he conseguido dormir unas siestas descomunales a deshora (cuando duermes de 12:00 a 14:30 también se llama siesta ¿no?), colocar la ropa de #bebé2 a lo largo de 3 días diferentes (es que me pilló agobiada ¿vale?) y moverme como una especie de cachalote lento hasta pilates dos días a la semana, para a continuación volver a casa y echarme una siesta. Ah, y engancharme a un juego de móvil de escape rooms... Vamos, una sinfonía de aprovechamiento del tiempo...

Lo cual me lleva a la reflexión que hay detrás de este post y que he ido madurando a lo largo de estos 8 meses de preñamiento: el segundo embarazo no tiene nada que ver con el primero.
Si en el primero te sentías como un unicornio volador en el que las hormonas te mantenían a tope, dormías cuanto querías siempre que lo necesitaras y tenías mucha ilusión y todo te importaba un pedo, el segundo (ya de los restantes no hablo) es más modo "oruga arrastrándose".

*No he encontrado ninguna foto de una oruga gordita arrastrándose pero la morsa espanzurrada con las patas en la barriga me representa muy bien también. 

Que no es por ser negativa, pero,  siendo realista:
- Eso de llegar a casa del trabajo y si estás cansada espanzurrarte en el sofá a dormir 2 horas porque de verdad lo necesitas... como que es más complicado cuando tienes al vástago número 1 rondando por ahí haciendo alarde de una energía que ni Hussain Bolt.
- Aunque pudieras echarte un rato porque #ojazos se encarga del peque (gracias desde aquí!!) el cansancio no es el mismo que en el primer embarazo. El primero te pilla lozana y descansada. Llevas toda tu vida durmiendo una media de 7-8 horas diarias, mas siestas cuando se prestaba; sí sí, podías trasnochar, pero luego dormir hasta las mil; o perrear en la cama los fines de semana, o... bueno lo dejo que me echo a llorar. #Embarazonumbertwo te llega con (en mi caso), dos años y pico de dormir más bien regu, más bien no-seguido, más bien a deshora y más bien, poco en general, por eso de no dar mucha pena. Así que ya vienes cansada de fábrica.
- Todo pasa antes y en mayor medida en el segundo embarazo. O al menos, así me ha pasado a mi. La tripa (al próximo que me diga que estoy muy barrigona le escupo en un ojo, lo advierto), las nauseas (a la altura del octavo mes sigo con el bendito Cariban), las hemorroides, el dolor de espalda, el ardor de estómago...

En fín, que nada que ver con mi primer embarazo, al que recordaba con un cariño especial como una época maravillosa de mi vida y que me hizo tener muchas ganas de embarcarme en el segundo.

Pero si hay algo que no cambia en el segundo embarazo, es la pérdida de neuronas progresiva. Los despistes siguen ahí, y por supuesto, las pérdidas de memoria. De hecho, en esos días en los que estoy hasta el moño de estar preñi, le pregunto a mis amigas: "Perdona, sufro pérdidas de memoria. ¿Me podrías recordar por qué quería yo tener un segundo hijo?"

Ánimo a las compis de embarazo, ya nos queda menos. Y a las que igualmente os animéis al segundo, valor y confianza en que vuestro #embarazonumertwo no tendrá nada que ver con el mío ;) Y si es el caso y es estupendo, recordad, muy importante ¡no me lo contéis!



Comentarios