Saber ceder. La teoría de la trampa del 50%

Oigo hablar mucho de la corresponsabilidad. En la vida real, en la vida twitera, en los medios... Hay toda una campaña activa en torno a este concepto.
Se menciona mucho para quejarse de su ausencia con los "yo lo hago todo" o "mi pareja no me ayuda". Ojo, que he dicho pareja, no marido,  aunque sí oigo más habitualmente estos comentarios en boca de mujeres hetero, eso es cierto. Nadie puede negar que esta ha sido la situación durante mucho tiempo y aún es la realidad para muchas parejas: un hijo entre dos que acaba siendo responsabilidad de solo uno de ellos.

Pero también oigo hablar sobre corresponsabilidad al lado contrario, para dar el aviso de "es que no me deja hacer nada con el crío, y llegado un momento, dejé de hacer cosas". Sí, sé lo que me vais a decir. Puede ser una simple excusa para hacer menos, no lo niego, seguro que hay personas así. Pero he visto muchas madres (y de nuevo, lo siento, solo tengo casos de madres hetero a mi alrededor con esta casuística) que no han dejado a sus parejas aprender, cometer errores, ir lentos, hacer las cosas de manera diferente a ellas en definitiva. Y eso, hay que cambiarlo.

También, por suerte, se habla de la corresponsabilidad para animar con un "se puede, nosotros lo compartimos todo". Y, curiosamente, últimamente a este comentario veo reacciones tipo "pobre ilusa que la han engañado y cree que comparte la crianza", como si fuera un hecho imposible o nos conformáramos con migajas. Y no es cierto. Ya hay a mi alrededor muchas parejas en las que veo implicación del padre, ganas de verdad de participar. La mía desde luego, pero no soy un unicornio ni es un camino fácil, porque tiene sus "trampas". Entre ellas, la trampa del 50%. 

Tengo una amiga que es madre casi soltera. El papá de su peque vive en otro continente y aunque se ven cuando pueden, la crianza la está llevando ella y es ella la que toma las decisiones.  Yo a veces le digo que la envidio y me mira un poco extrañada, ya que precisamente mi pareja está muy balanceada en el tema de la responsabilidad de nuestro hijo. ¿Por qué entonces envidio a una mamá que tiene que ocuparse de todo sin el respaldo y la tranquilidad que da tener un "suplente cualificado" en casa?

Pues porque como a veces le explico, corresponsabilidad en la crianza de un hijo quiere decir que a veces haces cosas que no son de tu agrado pero sí de la otra parte de la pareja. Que no crías a tu hijo como tú quieres en el 100% de los casos. Que ya no se hace todo a tu manera, porque si queremos que el 50% de las responsabilidades sean de otro, también tenemos que cederle el 50% de las decisiones. Y eso, queridos, no es fácil. ¿Estamos dispuestos a ceder?

No sé si habéis tenido la oportunidad de ir a una gran cadena de decoración con vuestra pareja cuando estábais decorando vuestro primer hogar. En mi caso fue un drama. Yo pensaba que la decoración iba a ser "cosa mía" y me encontré con que mi acompañante no solo venía a sujetarme el abrigo, llevarme el carro y cargar con lo que pesara más.  No, no. Estaba ahí para dar su opinión e incluso criticar mi gusto en algunas cosas. Y proponer ideas que a mí... pues no me gustaban mucho. Todo empezó con unas cortinas, no había manera de ponerse de acuerdo. ¡Unas cortinas! "Pero ¿desde cuándo a los hombres les importan las cortinas del salón?"  pensaba yo (toma pensamiento machista pienso ahora). Aquello fue dramático. Creo que de las peores peleas con mi contrario las he tenido en los pasillos de estas tiendas, hasta que asumí que, a lo mejor, mi casa no iba a estar decorada 100% como yo la tenía en mi cabeza. Y a lo mejor habría cosas que no me gustaban mezcladas con objetos que me encantaban. Pero también aprendí que serían cosas que aprendería a querer, porque de lo que me di cuenta fue de que la casa era de los dos y tenía que ceder.

Buffalo, Búfalos, Extracción, La Competencia
Imagen de Pixabay
Pues esto que a mí sucedió por unas cortinas (3 visitas a la misma tienda hasta que nos pusimos de acuerdo), no es muy diferente a lo que sucede en una pareja que es corresponsable de verdad en la crianza de sus retoños. A lo mejor tú eres más estricta en torno al consumo de azúcar y el otro progenitor es más de comer chocolate todos los días. O a tí te da más igual si ve más televisión después de cenar y tu pareja quiere eliminarla de la faz de la tierra. Pues... solo hay una solución: hay que llegar a acuerdos.

¿Y sabéis lo que he descubierto? Que seguramente el éxito solo sea posible si hemos elegido a  un buen acompañante, con ideas diferentes a las nuestras pero no en los pilares básicos de nuestra vida. Alguien capaz de sentarse a buscar un punto medio. Alguien a quien no le gusten nuestras cortinas neutras, lisas y muy discretas, pero tampoco sea fan de una tela psicodélica de lunares y rombos. Uno con el que seamos capaces de encontrar unas cortinas de un color alegre, cálido y hogareño, y que sobre todo, esté tan convencido como nosotros de que quiere que haya cortinas en el salón.

¡Suerte con el 50%!

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Comentarios

  1. Amen a todo!! Me ha encantado la reflexión y sobre todo la comparación que has hecho con la decoración. En mi caso no se si es el 50% en total, pero si un 60-40% pero por mi culpa. Porque soy mega perfeccionista y no le dejo equivocarse. Estoy trabajando en ello. Poco a poco.
    Besotes

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